13 de octubre de 2011

Consejos sobre el sueño infantil

1.    Mantener un horario consistente para ir a dormir y despertarse todos los días, los siete días de la semana
      El reloj biológico de los niños tiene una gran influencia en sus despertares y somnolencia. Cuando estableces una hora concreta para ir a dormir y para despertarlo, es como si dieras cuerda a ese reloj para que funcione correctamente. Intenta ponerlo a dormir pronto. Los niños responden mejor cuando van a dormir pronto, y la mayoría duermen mejor y durante más tiempo.
 
2.    Intentar que haga siesta todos los días
      Las siestas son importantes porque para un niño con energía le resulta difícil seguir todo el día sin un descanso intermedio. Un niño sin siestas a menudo se despierta alegre y progresivamente empeora su estado de ánimo, quejándose más o mostrando una hiperalerta a medida que pasa el día y que va perdiendo gas. Además, la duración y calidad de las siestas afectan al sueño nocturno, puesto que buenas siestas implican un mejor sueño nocturno.
 
3.    Ajustar el reloj biológico
      Aprovechar la biología natural, de manera que esté cansado cuando llegue el momento de acostarse. La oscuridad incrementa la generación de melatonina, la hormona corporal del sueño, y es como el botón biológico de “parar”. Puedes ayudar a conciliar el sueño con la hora de ir a dormir bajando la intensidad de las luces de tu casa una hora antes de acostarse.
 
4.    Desarrollar una rutina consistente para ir a dormir
      Las rutinas crean sentimientos de seguridad. Una rutina para ir a dormir consistente y pacífica permite experimentar una transición entre el movimiento diurno y la tranquilidad necesaria para caer dormido. Además, una rutina organizada ayuda a coordinar las situaciones que deben ocurrir antes de ir a la cama: baño, pijama, cepillado de dientes, etc.
 
5.    Crear un entorno agradable para dormir
      Asegurarse de que el colchón es confortable, las mantas proporcionan suficiente calor, la temperatura ambiental es correcta, el pijama es agradable y la habitación es acogedora.
 
6.    Alimentar correctamente para mejorar el sueño
       La comida puede afectar el nivel de energía y la somnolencia. Los alimentos ricos en carbohidratos tienen un efecto calmante en el cuerpo, mientras que las comidas con alto contenido de proteínas o azúcares incrementan el estado de alerta, especialmente si se toman solas. La deficiencia de vitaminas debida a una elección inadecuada de comidas poco sanas puede afectar la salud completa del niño, incluyendo su sueño.
7.    Realizar actividades físicas
      Los niños que practican una variedad de ejercicio físico cada día se duermen más rápidamente, su sueño es mejor, dura más tiempo y se despiertan mucho más frescos. Evitar la actividad física en la hora previa de irse a dormir, porque el ejercicio es estimulante y tiene un efecto de alerta.
8.  Relajarse y a dormir
     Seguir una rutina previa que les calme y favorezca cierta somnolencia pueda ayudarles. Un componente común de estos rituales es contar un cuento, y por muy buenas razones. Un niño que esta escuchando a su padre o madre leer o explicar un cuento, tiene a permanecer inmovil y concentrarse en la historia. Esta silenciosa quietud le permitirá adormecerse mas facilmente. 

0 comentarios:

Publicar un comentario